Cuando perdemos la postura, perdemos todo.
¿Cuánto perdemos cuando tenemos un problema y nos sumimos en
la miseria y nos ahogamos ellos sin querer ver la luz del sol? La verdad es
mucho, creo que demasiado. El problema no es tener problemas, el problema es no
querer solucionarlos.
Estoy en un momento de mi vida que nada tiene sentido, he
tratado de hacer bien las cosas, de ser la persona que creo que debo de ser y
todo me ha salido al revés, entonces me he sentido frustrado. Me he dado cuenta
quieres en realidad son mis amigos y en quienes puedo confiar, porque han
estado ahí conmigo, soportándome, dándome ánimo y mucho más de lo que merezco,
otros se han ido sin decir nada, gracias a Dios por estas tormentas porque el
agua se lleva todo aquello que está falso; pero me he quejado mucho, me he afligido
mucho y me sentido solo un montón de veces. Al principio creí que era normal,
pero poco a poco me empecé a dar cuenta que dejé de ser el mismo hace ya algún
tiempo, desde que empecé a sentirme y a actuar así.
Ayer veía un programa de televisión donde un jefe se hace
pasar por empleado para conocer a sus empleados, y hubo alguien que me hizo
reaccionar; un hombre que le estaba contando su vida a la jefa, sin saber que
era, le contaba que estuvo en la cárcel, que Dios lo libró de pasar ahí mucho
tiempo, que cuando salió empezó a servir en la iglesia, que se casó, que ha
tenido muchos problemas y que un día
antes lo desalojaron, pero lo que me hizo reaccionar fue su rostro: nunca dejó
de tener una sonrisa, sus ojos inspiraban paz, su voz, sus gestos. Hace algún tiempo
yo estaba así, siempre tenía problemas pero mi actitud era otra, me di cuenta
que estaba a la defensiva, sin reacción, solo con ganas de que me abrazaran y
que me ayudaran, creo que dejé de luchar.
Los problemas vienen y van, a veces son más difíciles que
los anteriores, pero en todo debemos de estar agradecidos, en todo debemos de
estar en pie, aunque a veces nos deprimen y nos angustian, más angustioso es
estar con la guardia baja, es mejor ver de frente las situaciones y no perder
la esperanza, porque es lo que nos hará poder terminar esta batalla de la mejor
manera, nadie ni nada podrán borrar la sonrisa de mis labios, lo bueno de mi
mente y la esperanza de mi corazón, no importa el problema.
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