Mi 2,013
Un amigo me preguntó: ¿Cómo estuvo
este año para vos?. Sinceramente -comencé a hablar- no quiero sonar
a alguien que quiere que sintás lástima por mi, solo quiero ser sincero y
contarte lo que hay en el fondo de mi corazón. Entonces lo resumiría
así: fue un año muy duro. Hubo bastante tiempo en el que no trabajé
por lo cual me pasé el año entero sin nada, no es que esté acostumbrado a tener mucho, pero ¡hubo menos! mi familia pasó por
días de escasez muy grande también. Sabes que los problemas
económicos estresan tu vida de manera más aguda que muchos otros
problemas.
Por si esa no fuera ya un peso grande,
algunos que yo creía amigos, a los cuales yo les serví cuando
necesitaron resultaron comportándose de una manera desconocida
casi. Me humillaron, me despreciaron, me hicieron de menos, me
levantaron chismes, me culparon, era gente muy apreciada por mi. Eso solo es lo externo. Internamente
-proseguí- debo de aceptar que sigo peleando contra viejos enemigos.
Yo no soy una víctima de la gente mala, creo que nosotros obtenemos
lo que nos merecemos, y muchas de estas cosas yo las merecía, por
creer en gente en la que no debo o por comportarme de manera no
correcta. La verdad tengo un montón de cosas malas, algunas que no
he podido cambiar y otras nuevas que he ido descubriendo. Me duele y me
cuesta ver cuestiones de carácter que debo de cambiar y que aún no
he podido, la lucha contra mi mismo se ha vuelto casi encarnizada.
Entonces, podés decir que este fue un
mal año, ¿no? Dijo mi amigo con una cara de compasión que me pareció un poco graciosa. Entre todo esto malo, lo interrumpí, debo de
decirte que encontré nuevos amigos, gente desconocida que se
portaron como mis hermanos así como viejos conocidos que confirmaron por qué están ahí. Inclusive algunos desde lejos los podía sentir muy
cerca porque estaban al tanto de lo que me pasaba y ayudaron aunque no se los pedí. Son esos amigos los que se
volvieron muy cercanos, son mis hermanos ahora. También hubo gente
que ha creído en mi, en lo que puedo hacer, algo vieron y han
querido que les ayude en sus ministerios teniendo miles de opciones
mejores. Esto me ha hecho sentir útil e importante. Cuando no tenía
trabajo, entre mis preocupaciones, me propuse hacer el último
trabajo que me quedaba para poder graduarme de la universidad y lo
logré, después de pasar un examen privado lo logré. Con
familia nos volvimos más unidos, nos sentimos más identificados
entre nosotros, oramos y leemos La Biblia juntos. Ahora, creo que lo
más importante es que conocí a Dios de maneras diferentes, aprendí
a buscarlo porque quiero y no porque tenga necesidad, lo he podido
sentir de una manera especial y puedo hablar de El de una manera
diferente ahora, puedo decir que salí buscando soluciones a mis
problemas y me encontré a Cristo,
yo gané. He madurado un poco también, he aprendido a
controlar un poquito mejor mi carácter, mi vida debe de cambiar a
raíz de eso.
Entonces puedo decirte con la mente y
el corazón: Un mal año será aquel que no tenga problemas que
arreglar, cuando ya no hayan personas o ministerios a los que pueda
servir, cuando no pueda sentirme decepcionado de personas que
traicionan porque así los he podido diferenciar de los buenos
amigos. Aquel día que yo ya sea una persona que no deba de cambiar
nada y que ya no pueda buscar a Dios, cuando todo esto sea así, será
un mal año, porque ya no tendré más que hacer.
Suena lógico -Me dijo quitando la cara
de santo de yeso- y la siguiente pregunta fue la que hacía falta: ¿y
en el amor? Me hice para atrás baje la mirada y pensé un poco la
respuesta, luego lo vi a los ojos y con cara de derrota le dije:
Mano, ¡yo no aprendo! Luego nos reímos los dos. Seguí diciendo: Yo
me fijo en quien no debo y de quién debería solo doy mi amistad. Le
abro mi corazón a las personas que no lo merecen y se lo cierro a
aquellas que tienen solo cosas buenas para dar. Es raro, pero ojalá
en el 2014 pueda ver con otros ojos, no viendo lo que quiero, sino lo
que es mejor para mi en las cosas del amor, pero también pido también tener las fuerzas para seguir y que la gente que amo
siga ahí para poder seguir compartiendo, no son mis "buenos deseos de año nuevo" porque ya tengo metas para mi vida. Quiero sanar mi corazón y aprender a no herir el de otros... ¡y que el mundial lo
gane Argentina! Ya que Guatemala no va porque ha cedido su espacio a quienes más lo necesitan.
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Sara