Libros e Historias

Me fascina leer libros interesantes, más si son de esos que te dejan algo positivo, que me traen una enseñanza nueva. Cuando estoy leyendo un escrito de estos, al contrario de algunos, no me apuro en leerlo. Hay gente que cuando lee lo que le interesa puede terminarlo en un par de días y otros hasta en horas, se lo devoran totalmente, yo, al contrario, lo leo poco a poco, lo analizo, pongo en práctica lo que creo oportuno, busco referencias que afiancen lo que me está enseñando, luego sigo con el siguiente capítulo, pueden pasar semanas entre uno y otro, algo así como pasa con en la vida. Nuestro camino diario se divide en diferentes episodios, algunos son dolorosos, otros cómicos, otros son de aprendizaje, pero todos son totalmente necesarios para que se forje historia de la persona que seremos. En algunos casos estas secciones pasan rápido, en otros casos van más despacio, pero siempre tienen fecha de inicio y de fin, nunca se quedan estancados naturalmente, justo como cuando lees un libro que te interesa. Pero, como siempre, hay un peligro inminente: detenerse en algún momento. A veces nos aferramos tanto a un acontecimiento que, sin darnos cuenta ocupa todo el tiempo de nuestras vidas y quedarse atascados en algo, ya sea por comodidad o beneficio, nunca fue bueno. Algunos ejemplos de momentos no tan complicados, pero claros donde podemos ver a personas con una vida paralizada:

  1. Relaciones amorosas: Típico encontrar a personas que viven estacionadas en casos de estos. Todos tenemos en nuestro combo de amigos (as) a el (la) amigo (a) dañado o dañada. Es quien creía haber encontrado al “amor de su vida” y que terminaron por cualquier razón y nunca superó el trauma de la pérdida amorosa ni en 50 años, porque “era la (el) indicado para él (ella)” y vive posteando en Facebook frases e imágenes desmotivacionales de amor en el mejor de los casos o algo como “Señor te pido que me des fuerzas para poder superar esto” como que Dios tuviera redes sociales.
  2. Trabajo: Aquella persona que está en un trabajo donde crea su mini reino, en apariencia es inamovible, y se siente indispensable. Esta persona lucha a capa y espada contra cualquiera que trate de quitarle el puesto, volviéndose una persona agresiva dispuesta a hacer lo que sea por guardar su lugarcito, porque sabe o siente que si le quitan eso, deja de ser lo que es, su personalidad y todo lo que es depende de su puesto.
  3. Ministerio Cristiano: Igual que el punto 2, pero con la diferencia que este ora antes de atacar.


Hay muchas otras, con diferentes matices y grados de dificultad, desde pelea en casa porque alguien se comió el último pedazo de jamón hasta la muerte de alguien querido, pero cualquiera de estas personas empantanadas en un lugar sin salir de ahí, negando que están mal o que se están haciendo daño, manipulando todo para quedarse o controlando a las personas para empujarlas a hacer lo que les conviene, tendrá al final un problema de personalidad y de relaciones dañinas en donde se encuentre, ya que lo único que busca es estar en esa “zona de confort” y cualquier cosa que la amenace se volverá su enemigo total. Creo que no necesito ahondar tanto en cada punto, porque todos saben lo que produce el tener esa actitud. Pero ¿Qué pasa cuando llega algo que nos tambalea y nos saca de ese aparente bienestar y comodidad con apariencia de “definitivos”? Como que nos teletransportáramos a un mundo desconocido, a un lugar donde jamás habíamos estado y que tenemos que descubrir que hay de nuevo en ese lugar. A algunos les parece eso emocionante, pero a estos aferrados a realidades alternas, es algo aterrador.  Este nuevo proceso lleva a hacer a las personas a reaccionar de 2 formas básicamente: las primeras y las más acertadas tomarán una actitud de aventurarse a conocer algo nuevo, y los otros y menos afortunados se aferrarán mentalmente a la idea que no pertenece a ese mundo y que tiene que encontrar la forma de regresar y no soltarse jamás de eso lo mantiene “estable”.

La persona que reacciona de la primera manera es la que avanza, que nada la detiene, que no se acostumbra a lo que le pasa, sino que disfruta cada proceso que le toca vivir, la otra, como es lógico, es aquella que va camino al estancamiento, a quedarse para siempre en un lugar, pidiendo resultados diferentes haciendo la misma cosa, es casi una vida sin futuro, porque se le hará de noche en el mismo lugar. En la vida casi nada será para siempre, hasta el matrimonio de aquellas personas que se comprometen de a verdad (como debe de ser) se ven limitadas con la muerte, de lo contrario, las cosas irán cambiando cotidianamente hasta llevarnos a lugares nuevos para que podamos realizarnos. El miedo es el principal enemigo a una vida de avanzada, ya que nos deja en un mismo lugar en donde está el espejismo de creer que estamos bien, esto cuando nuestra medida de bienestar está estrechamente ligada a tener lo máximo posible para tener una vida holgada, en lugar en pensar en qué tipo de persona podemos llegar a ser para hacernos una mejor vida a nosotros mismos y a los que nos rodean. 

En la Biblia encontramos el ejemplo de varios personajes de avanzada y estancados, pero quiero tomar a 2 que describen muy bien mi punto de vista:

Jonás, aquel que se sentía súper cómodo con quién era y qué hacía y donde estaba, fue mandado donde no iba a ser nadie, donde se requería su carácter y su valía iba a ser probada, y después de tanta prueba, se dio cuenta que su comodidad le estaba saliendo más cara que el cambio de actitud y decidió ir.

Judas, llamado nada más ni nada menos a estar cerca de Jesús, de ser uno que podría testificar de lo que Él hacía, salir y hacer que el evangelio se expandiera a todos lados como los otros once, pero requería un cambio en su forma de ser y actuar, pensó que era mucho, era más fácil y cómodo seguir siendo quien era. Entonces después de la tentación, prefirió no cambiar, y pago con su propia vida el stress y desesperación de no haberse movido del mal lugar donde estaba.

Jonás decidió cambiar de página, a pesar de que era un capítulo que no le gustó mucho, decidió ir adelante, porque quería que al final su historia dijera algo bueno de él, en cambio Judas decidió quedarse con los brazos y piernas cruzadas, porque era “más fácil” ser quien era, que cambiar o moverse a algo nuevo.

La vida nos presenta situaciones muy difíciles, las cuales tendrán que pasar, pero esos problemas no vienen por castigo de Dios, sino para forjar nuestro carácter, para hacernos mejores personas. Tal vez no tenga sentido lo que nos está pasando, en esa situación en la que estamos pasando, pero ¿por qué tiene que tenerlo? No es para que lo entendamos, sino para que aprendamos. La postura que tengamos frente a esto definirá el fin de nuestra historia. ¡Cuántas historias inconclusas! Porque el personaje principal no quiso tomar su rol y prefirió terminar donde se sentía bien, en lugar a ser una persona de bien.

¿Dejarás que las circunstancias escriban tu historia? Está en tus manos, no en las de nadie más, solo recuerda, cada situación tiene sentido en el desenlace de tu autobiografía, no te quedes porque un capítulo está muy difícil o porque sientes que está muy largo, trata de disfrutar cada paso, no cierres el libro donde pienses que debería de terminar, te aseguro que el final es mejor de lo que crees, lo dice Jeremias 29:11“Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes, -declara el SEÑOR- planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza” (LNBH) Y yo le creo a Dios, porque he visto su mano capítulo a capítulo, en los más duros y en los más alegres, jamás me dejó, porque he decidido seguir adelante. Si seguir requiere darle un giro a tu vida, hazlo sin miedo, da más miedo no llegar a conocer quién serías si no hubieras intentado y encontrarte así con la versión más barata ti.  


Comentarios

Karen dijo…
Necesitaba leer esto. Gracias Edwin, me he quedado paralizada en muchos momentos y por muchas razones, ser intencional en recordar lo bueno que El ha sido, contar sus maravillas y aferrarme a sus verdades, me saca de la “parálisis”.

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