UN DIA NORMAL DE UNA PERSONA PROMEDIO


Sentado donde siempre, esperando el bus de siempre José miraba pasar a las mismas personas de siempre ir a sus lugares de trabajo. Con un poco de sueño por levantarse temprano y sin una pisca de ganas de ir a trabajar el miércoles vio cuando Daniel se aproximaba con una sonrisa en los labios, eso si le pareció nuevo.

¿Que te pasó? Le preguntó José. Es que hoy me levanté, desayuné, me bañé, platiqué con mi esposa mientras me cambiaba para salir a trabajar, salí y pues aquí estoy. Pero, ¿hay algo especial hoy en tu trabajo? - Le preguntó José un poco confundido – Pues no que yo sepa, le respondió Daniel.

Con la misma pregunta dándole vueltas en la cabeza, José empezó a buscarle solución al por qué de la sonrisa de Daniel y en su mente hacía una lista de posibilidades:

1. Posiblemente le aumentaron el sueldo.

2. No, tal vez lo van a hacer jefe de su compañía, ja! Ojalá y así me nombre
sub-gerente.

3. Mmmmm yo creo que lo que pasa es que le ha de gustar una secretaria o algo así.

4. O talvez le van a regalar algo o a condecorar por algo...

Prefirió no pensar más y preguntó: ¿Pero por qué estás tan feliz?
Y Daniel, con una sonrisa aún más grande y con mucho deseo de contestarle le dijo:
Hoy tengo la oportunidad de salir a trabajar para ganarme el dinero y suplir a mi familia, eso quiere decir que tengo el trabajo donde puedo dar lo mejor de mi y mostrar lo que puedo hacer, tengo salud o una buena versión de ella y el amor de unas personas que son mi mundo. No sé si voy a regresar, porque la calle está demasiado peligrosa, pero hoy me siento dichoso de poder llevar a cabo mis deberes, gracias a Dios estoy aquí y lo puedo hacer.
José se extrañó un poco de la sencillez de su respuesta, pero al final, pensó: Cada quién en su mundo! El bus se acercaba y se despidió de Daniel, éste le deseo un buen día y con su cálida sonrisa lo vio hasta marcharse.
Al siguiente día José estaba sentado como de costumbre a la misma hora esperando el bus de siempre cuando vio que venía Daniel con la misma sonrisa de ayer. Daniel se sentó a su lado y cuando vio el seño fruncido y la sonrisa de medio lado de José que delataba su contrariedad por verlo de nuevo feliz, no esperó a que él le preguntara nada y viéndolo a los ojos sin perder la sonrisa y moviendo la cabeza de lado a lado como mostrando que no tenía culpa de ello, le dijo: Es un nuevo día!! Y aunque haya hecho lo mismo de ayer y vaya a hacer lo mismo, Me siento dichoso!

José se dio cuenta que había perdido en algún lugar, en algún momento, esa emoción por vivir, porque había desperdiciado mucha vida y fuerza quejandose por aquellas cosas malas, y que ahora era lo que hacía a diario.

Porque no se sabe si el día de mañana va a llegar, démosle gracias a Dios por el día de hoy, vivamos intensamente como si fuese el último, impactemos a la gente, amemos a los que nos rodean, esto no va a cambiar el mundo, ¡pero va a cambiar tu vida!

Comentarios

Nancy dijo…
Realmente cada dia no sabemos que es lo que nos espera en la calle o en nuestra propia casa, si es que regresaremos a ver a nuestra familia o no, pero lo que si debemos saber es que si somos hijos de Dios cada momento de nuestra vida tiene un proposito bueno y perfecto y debemos vivirlo al 100% confiando en que lo que hacemos es para agradar a los demas.

Y no dejemos pasar el tiempo sin demostrar nuestro carino a nuestros seres queridos, (familia, amigos... amigos que no hemos visto, ni hablado con ellos en mucho tiempo) porque seria muy dificil el enterarte un dia que tu familiar o amigo ya no esta, y no hayas tenido la oportunidad de tan siquiera decis un TE QUIERO.

Gracias Edwin por tu carino, tu amistad y tus siempre lindas palabras.

DTB Nancy
Anónimo dijo…
wow q lindas palabras! realmente es asi! debemos aprovechar cada momento!!

bsos
Pri
Anónimo dijo…
No sabemos si el día de mañana estaremos, creo que hay que vivir sin quejarnos, sin enojarnos por cosas que no valen la pena que al final solo nos perjudican y no nos dejan vivir, debemos estar agradecidos por esa oportunidad que nos regala DIOS, la oportunidad de un día más, si podemos hacer un favor no perdamos la bendición de hacerlo, creo que cuando morimos no nos llevamos nada, lo que queda solo es el recuerdo en las personas..... con las que compartimos, vale la pena vivir al máximo no importando la condición en que estemos

Saludos Edwin!
tita

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